Se acabó el juego
Luego del perverso aquelarre anti de estas últimas elecciones y del orgasmo onánico de todo ese sancochao rojo-caviar por la derrota de la "mafia", ahora más tranquilos yo creo que es momento de hacer algunos apuntes.
El voto por Humala lo pudo situar en tres grupos: los simpatizantes desideológizados, la gente de a pie, que creen- ilusamente- que va a combatir la corrupción- su principal bandera- y va cumplir todas sus promesas, es decir, el cambio. Bueno, ellos hasta cierto punto merecen mis respetos por creer en alguien, por confiar en alguien, pero la realidad les va a mostrar dentro de poco- y ya se está viendo- que los han engañado y que no es posible cumplir con lo ofrecido a no ser que haga cosas terribles en el plano económico.
Otro grupo es el de los votantes ideológizados, rojos y caviares, pasando por gente de centro y hasta liberales -que creen en el cambio de Humala y que se ha moderado- hasta los políticos y técnicos que se han subido al carro triunfador, muchos por un afán de arribismo y un puesto de trabajo y la teta del Estado, estos últimos merecen mi rechazo y descalificación (ver a Toledo buscando a Humala, abrazándolo, después de lo que decía, me repugna, ¡ que hombrecito para más poca cosa, pobre diablo!), con razón los valores en el Perú están cayendo en el olvido, ¡con esos ejemplos!.
El otro grupo- para mi el peor y que no merece el mas mínimo respeto-, gente pensante, la mayoría de estrato B/C , profesionales, técnicos. etc. que, sabiendo cómo es Humala, los peligros que acarrea, los engaños de su campaña, promesas demmagógicas (que ellos por supuesto no creyeron),el riesgo de tirar por la borda todo lo trabajosamente logrado estas dos últimas décadas, sabiendo todo esto, repito, votaron por él por darle la contra a Keyko y hacerle el juego a toda esa campaña de la izquierda internacional y sus operadores locales.
Y precísamente, a éstos últimos quiero dirigirme: ahora que ya les pasó la fiebre de su triunfo a los más sensatos les estará brotando un sentimiento de culpa. Al ver los primeros síntomas de las medidas, las designaciones, las insinuaciones, etc. del nuevo Gobierno estarán preguntándose qué he hecho? por qué he puesto mi odio y rencor por encima de la estabilidad del país, del crecimiento económico, de la seguridad de las inversiones,etc. etc. Han ido contra el país, contra ellos mismos, ¡que necios!. Ya no hay nada que hacer, el daño está por empezar(¡ojalá me equivoque!), sólo les digo que sean consecuentes (podrán?) y apoyen a su Presidente cuando tome las decisiones que se vienen y para otra vez limpien sus mentes y corazones, alivianen su conciencia y hagan lo mas cuerdo y sensato.